EL ESCORIAL, LA OCTAVA MARAVILLA DEL MUNDO
Madrid
cuenta con la denominada octava maravilla del mundo. Se trata del Monasterio de
San Lorenzo de El Escorial, a poco más de 50 kilómetros de la Puerta del Sol,
el kilómetro cero de las carreteras de España y hoy declarado Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO.
Fue
mandado construir en la ladera del monte Abantos, a unos 1.000 metros de
altitud, por el rey Felipe II, en 1563 para conmemorar la batalla de San Quintín
contra los franceses y su arquitecto fue Juan de Herrera, que creó el estilo
herreriano.
El
rey lo levantó en un lugar natural paradisíaco como residencia y panteón real.
Fue el lugar representativo en el Siglo de Oro como representante del Imperio
español. Allí se enterró el emperador Carlos V, padre de Felipe II, quien lo
sacó de su pequeño palacio del Monasterio de Yuste, en Extremadura. La última
persona real que se enterró en El Escorial fue don Juan de Borbón, hijo del rey
Alfonso XIII y padre del rey Juan Carlos I, abuelo del actual, rey Felipe VI, a
quien tuve el gusto de conocer personalmente durante mi estancia en Mallorca.
Todo
el edificio tiene forma de parrilla en honor al diácono San Lorenzo, mártir que
fue sacrificado en Roma el 10 de agosto del año 258 en una parrilla al fuego.
La leyenda cristiana dice que el Santo Grial, el cáliz de la Sagrada Cena, le
fue confiado a este diácono antes de morir.
El
Escorial es un importante conjunto arquitectónico que tiene un gran valor
artístico e histórico, como es el caso de su impresionante biblioteca
renacentista, que cuenta con más de 40.000 volúmenes impresos antiguos y 600
incunables de ediciones especiales de los siglos XV y XVI, ordenados en
librerías mandadas diseñar por Juan de Herrera.
Si
visita el monasterio no deje de hacer un recorrido por el Bosque de la
Herrería, una zona declarada paisaje pintoresco, al mismo borde del complejo
monástico y ZEPA, Zona Especial de Protección de Aves, con una superficie de
cerca de 500 hectáreas y numerosas sendas ecológicas.
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